
Nos gusta este cartel porque no se trata ni siquiera de diseño de oficio, es más bien una labor del diseño azaroso, del señor chino que con pegatinas a dos colores y tres tamaños hizo este asombroso cartel tipográfico. Los laterales a sangre, los pequeños márgenes arriba y abajo y - ¡oh maravilla! - los tres nombres en diagonal ascendente. Si uno se fija bien, el paralelismo entre ellos es casi perfecto. ¡Casi!
Y es ese efecto - ese casi- el que nos fascina. El que unicamente la naturaleza, el azar, y unos pocos de los que llamamos artistas son capaces de producir para nuestro disfrute.
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